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Alimentación, Requerimiento energético

Los perros deportivos y de trabajo no son todos iguales: la elección de la alimentación debe ser personalizada.


miércoles 12 marzo 2025


Los perros deportivos y de trabajo no son todos iguales: la elección de la alimentación debe ser personalizada

Cuando un médico veterinario examina a un perro deportivo o de trabajo, además de su salud, debe prestar especial atención a su alimentación

De hecho, entre los factores que pueden influir en el rendimiento físico y la capacidad de un animal, además de la genética y el entrenamiento, también están la alimentación y las condiciones de salud.

Para poder decidir qué alimentación recomendar al propietario, el veterinario debe, en primer lugar, realizar una anamnesis completa del paciente, solicitando información específica sobre el tipo de actividad física, el deporte o el trabajo que realiza el animal, así como sobre el entrenamiento diario o el número de horas de "trabajo" al que está sometido.

Las necesidades energéticas de un animal y el tipo de alimentación que necesita varían completamente dependiendo del individuo examinado. De hecho, un perro que hace agility los fines de semana tiene necesidades nutricionales muy diferentes a las de un perro de trineo que participa en carreras de resistencia y entrena durante varias horas al día.

Lo mismo ocurre con el estrés al que está sometido un perro policía que vive en una jaula y se utiliza diariamente para la búsqueda de drogas, en comparación con el de un animal que se dedica a la terapia asistida con animales y la ayuda a personas discapacitadas y vive normalmente en una casa.

El cálculo de las necesidades energéticas es el primer obstáculo que debe enfrentarse al preparar un plan nutricional (ya sea comercial o casero) para un perro deportivo o de trabajo. Los factores de corrección que deben aplicarse a este cálculo son numerosos y dependen de diversas variables.

En primer lugar, debe calcularse correctamente las necesidades energéticas de mantenimiento, considerando como factores de corrección especialmente la raza, la temperatura ambiental y el temperamento del sujeto (teniendo en cuenta también el nivel de estrés al que está sometido diariamente).

Generalmente se aplica un factor de corrección de 0,8 para las razas nórdicas, 0,9 para las razas propensas a la obesidad y 1,1 o 1,2 para las razas típicamente delgadas, como los galgos.

Para la temperatura ambiental, se pueden usar como factores de corrección 1,2 para temperaturas superiores a 30 grados (especialmente para razas de pelo largo), 1,25 cuando la temperatura ambiental ronda los 0 grados (excepto para las razas nórdicas) y 1,5 cuando el animal vive y trabaja en un ambiente con temperaturas cercanas a los -10 grados.

En cuanto al temperamento, la elección del factor de corrección a aplicar y si aplicarlo, debe evaluarse caso por caso según el sujeto. Un ejemplo podría ser aplicar un factor de 1,3 si el animal es muy activo y de 1,4 para animales hiperactivos y nerviosos. La necesidad de utilizar estos factores también depende de la fórmula utilizada como punto de partida para el cálculo de las necesidades energéticas diarias no corregidas.

Según los autores, algunos sugieren comenzar con la fórmula 110x(kg)0,75, mientras que otros prefieren empezar con 130x(kg)0,75. Es probable que el veterinario que use la primera fórmula como punto de referencia necesite aplicar los factores de corrección relacionados con el temperamento a la mayoría de los perros deportivos o de trabajo, mientras que el que prefiera la segunda fórmula solo los aplicará a individuos particularmente nerviosos.

El perro policía que vive en una jaula, por ejemplo, no es particularmente activo en términos de ejercicio físico, pero a menudo está muy estresado y, en consecuencia, si no se aplica un factor de corrección entre los mencionados previamente en el cálculo de sus necesidades energéticas, es muy probable que pierda peso.

Finalmente, a las necesidades energéticas diarias se debe añadir un requisito relacionado con las horas de actividad física o de trabajo que el animal realiza a diario.

Este factor de corrección tiene un rango de variabilidad muy amplio y depende, no solo del tipo de deporte, sino también de las horas de entrenamiento diarias del animal. Por ejemplo, los perros que practican deportes solo los fines de semana y durante la semana entrenan poco, pueden no necesitar un aumento significativo en su ingesta calórica diaria. Sin embargo, los perros que entrenan durante varias horas al día pueden necesitar multiplicar sus necesidades energéticas por un valor que varía entre 1,5 y 7.

El valor mínimo se aplica generalmente a los perros que practican agility o carreras de velocidad, mientras que el máximo se reserva solo para aquellos que practican el mushing.

Los perros de caza, que trabajan solo durante ciertas épocas del año, requieren una corrección de actividad (que generalmente se establece en 2) solo en esos periodos, mientras que en el resto del año, cuando están en descanso, sus necesidades energéticas son similares a las de un perro no deportivo o de trabajo, y por lo tanto, sus planes nutricionales también deben diferir según la fase en la que se encuentren.

Debido a la presencia de todas estas variables, es fundamental que el veterinario, después de estimar las necesidades energéticas del animal y preparar un plan nutricional, controle con frecuencia el peso del animal, especialmente en el primer periodo, ya que a menudo el cálculo estimado no refleja las necesidades reales y puede ser necesario hacer ajustes para mantener al perro en su peso ideal.

El segundo paso que el nutricionista debe dar al preparar una dieta para un perro deportivo o de trabajo es decidir su composición y los niveles analíticos de macronutrientes que debe tener.

La elección no es nada trivial y varía considerablemente dependiendo del tipo de actividad física que realice el animal.

Dependiendo de la intensidad y la duración, en general, el ejercicio físico puede dividirse en tres grandes grupos:

1) Actividad de alta intensidad pero corta duración (pocos minutos), típica de los perros de carreras/sprint.
2) Actividad intermedia de intensidad moderada y duración variable (de unos minutos a varias horas), típica de perros que practican agility, perros policía, perros de caza o perros de rescate.
3) Actividad de resistencia caracterizada por baja intensidad pero larga duración (muchas horas), típica de perros de trineo y perros de resistencia.

Todos los músculos utilizan ATP como combustible, pero según el tipo y la duración del ejercicio, el sustrato de donde proviene varía. En actividades de muy corta duración y alta intensidad, el ATP se produce principalmente mediante glucólisis, que utiliza glucosa como sustrato, mientras que en actividades más largas se activan mecanismos para la producción de ATP basados en la oxidación de grasas y carbohidratos.

Por lo tanto, según el tipo de actividad física, debe variar también la composición de la dieta para proporcionar al músculo el sustrato adecuado para producir energía.

Si el perro deportivo realiza una actividad física del primer tipo, las calorías deberán proceder principalmente de los carbohidratos. Indicativamente, el 50-60% de las kcal de la dieta deberán provenir de los glúcidos, el 20-25% de las grasas y el resto de las proteínas.

En el caso de los animales de resistencia, la composición de la dieta debe ser completamente diferente y las kcal deben proceder, como mínimo, en un 55-65% de las grasas, y solo en un 10% de los carbohidratos.

En este esquema, sugerido en el libro Small Animal Clinical Nutrition, se muestra la composición ideal que debería tener la dieta para un perro deportivo o de trabajo según la actividad física que realice.

SPRINT
ACTIVIDAD INTERMEDIA DE DURACIÓN Y FRECUENCIA MODERADAS
ACTIVIDAD INTERMEDIA DE DURACIÓN Y FRECUENCIA ELEVADAS
ENDURANCE

DENSIDAD CALÓRICA de la dieta
3,5-4 kcal/gramo de S.S.
4-5 kcal/gramo de S.S.
4,5-5,5 kcal/gramo de S.S.
Mayor de 6 kcal/gramo de S.S.

GRASAS
8-10% sobre S.S. o 20-24% de las kcal administradas
15-30% sobre S.S. o 30-55% de las kcal administradas
25-45% sobre S.S. o 45-65% de las kcal administradas
>50% sobre S.S. o >75% de las kcal administradas

CARBOHIDRATOS DIGERIBLES
55-65% sobre S.S. o 50-60% de las kcal administradas
30-55% sobre S.S. o 20-50% de las kcal administradas
30-35% sobre S.S. o 15-30% de las kcal administradas
<15% sobre S.S. o <10% de las kcal administradas

PROTEÍNAS
22-28% sobre S.S. o 20-25% de las kcal administradas
22-32% sobre S.S. o 20-25% de las kcal administradas
22-32% sobre S.S. o 18-25% de las kcal administradas
28-34% sobre S.S. o 18-22% de las kcal administradas



Una de las razones por las que la densidad calórica de la dieta de un perro de endurance debe ser tan alta es para reducir la cantidad total de comida administrada, con el fin de disminuir el volumen gástrico.

Por esta razón, si se opta por una dieta comercial, es mejor preferir el uso de alimentos húmedos antes del trabajo (al menos un par de horas antes), mientras que la parte seca debe administrarse después del trabajo (al menos 3-4 horas después de terminar la actividad física).

En el caso de esfuerzos de larga duración, es posible administrar refrigerios ricos en proteínas y lípidos.

Aunque es evidente, es importante recordar que en el caso de una dieta casera, debe estar adecuadamente equilibrada e integrada para satisfacer todas las necesidades nutricionales de minerales y vitaminas.

Finalmente, no se debe olvidar la importancia del agua que se administra al animal. Es fundamental para la refrigeración del cuerpo debido al calor generado durante el ejercicio y para eliminar los productos de desecho formados durante el esfuerzo físico.

Indicativamente, la cantidad diaria de agua debe ser igual a la cantidad de kcal administradas (por ejemplo, 3000 Kcal = 3 litros de agua), pero al calcular la cantidad de agua a suministrar, también se debe considerar la cantidad que ya se administra con la ración de comida, especialmente si el animal come alimentos húmedos o dieta casera.

El agua nunca debe ser administrada fría, y en el caso de actividades intensas y de corta duración, nunca debe administrarse inmediatamente antes de la actividad física.

BIBLIOGRAFÍA:
- MS Hand, CD Thatcher, RL Remillard, P Roudebush & BJ Novotny. Small Animal Clinical Nutrition 5th edition. ed. 2010, chapter 18.


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