BLOG DE ALIMENTACIÓN VETERINARIA
La nutrición veterinaria según MyVetDiet
El blog sobre el estilo de vida saludable y consciente que deben adoptar nuestros queridos perros y gatos.

Nutrientes, Patologías

Triaditis en gato: cómo afrontarla desde el punto de vista nutricional.


miércoles 19 junio 2024


Triaditis en gato: cómo afrontarla desde el punto de vista nutricional

El término "triaditis" se utiliza para describir la inflamación concomitante del páncreas, del hígado y del intestino delgado. Este síndrome afecta a la especie felina y parece verse favorecido por el hecho de que en los gatos, a diferencia de los perros, el conducto pancreático y el colédoco se fusionan en un único canal antes de entrar en el duodeno. Esto ofrece una mayor probabilidad de que la bilis y/o las bacterias que ascienden desde el intestino suban por el conducto mismo causando pancreatitis y colangitis al mismo tiempo.

Se ha descrito triaditis en el 50-56% de los gatos diagnosticados con pancreatitis y en el 32-50% de aquellos con colangitis o enfermedad inflamatoria del hígado. En la mayoría de los sujetos, la inflamación no comienza simultáneamente en los tres órganos, sino que comienza con la afectación de un solo órgano y posteriormente se extiende a los otros dos.

Hasta el momento existen varias teorías sobre las causas de la triaditis en gatos, pero aún se desconoce la etiopatogenia y el tratamiento debe personalizarse caso por caso en función de los síntomas predominantes.

Los signos clínicos, de hecho, pueden ser muy variables, según el órgano más afectado, e incluyen anorexia, pérdida de peso, vómitos, ictericia, diarrea, pérdida de masa muscular, hepatomegalia, engrosamiento del intestino, dolor abdominal con posible derrame, fiebre y, en casos más graves, hipotermia, taquipnea, disnea y shock.

En la mayoría de los casos parece que los síntomas predominantes son principalmente atribuibles a la enfermedad hepatobiliar, con EII y pancreatitis como complicaciones secundarias.

En el tratamiento de este síndrome, el soporte nutricional, asociado al tratamiento farmacológico, juega un papel esencial y muchas veces representa un verdadero desafío para el veterinario. Debe adaptarse y personalizarse para cada sujeto en función de la gravedad de los síntomas, la posible anorexia, el tipo de enfermedad hepática y pancreatitis presente y la tolerancia del animal a las proteínas y grasas.

El primer paso es asegurar que el animal reciba el aporte calórico adecuado, ya que como la anorexia y la falta de apetito suelen estar presentes, es común que el animal sufra una deficiencia energética y proteica. Estos, a su vez, pueden convertirse en la causa de numerosas complicaciones, como reducción de la síntesis y reparación de tejidos, alteración del metabolismo de los fármacos, disminución de la eficacia del sistema inmunológico y sarcopenia. Además, los gatos también tienen un alto riesgo de desarrollar lipidosis hepática si persisten el ayuno y la anorexia.

No deben ayunar más de tres días y si la anorexia persiste debe iniciarse alimentación asistida. Sería preferible la alimentación enteral, mediante el uso de sonda nasoesofágica o nasogástrica, con el fin de "utilizar el tracto gastrointestinal", ya que con ello se estimula el sistema inmunológico sistémico y gastrointestinal, evitando la alteración de la mucosa intestinal y el riesgo de complicaciones metabólicas. Sin embargo, en algunos pacientes con disfunción grave del tracto gastrointestinal o presencia de otras complicaciones, puede ser necesario evaluar el uso de nutrición parenteral.

La dieta y sus contenidos deben orientarse hacia dietas específicas para colangitis, pancreatitis y EII, eligiendo cada cierto tiempo cuál de estos tres procesos patológicos priorizar en función de los signos clínicos presentes y los órganos más afectados.

Sobre todo porque, como hemos comentado anteriormente, no siempre los tres órganos se ven afectados simultáneamente y con la misma gravedad sino que, generalmente, la inflamación comienza en un órgano y luego se va extendiendo a los demás.

Un estudio de Simpson publicado en 2016 muestra que solo entre el 30 y el 39 % de los gatos examinados padecían una verdadera triaditis, mientras que el resto padecía simultáneamente dos de cada tres patologías, entre ellas colangitis, pancreatitis y EII.

La dieta debe ser siempre hiperdigestible y, a ser posible, con una densidad calórica elevada (en torno a 420 kcal/100 gramos) para reducir la cantidad de alimento a administrar.

En general, se recomienda una concentración de proteínas entre un 30 y un 35% de sustancia seca, quedando, en el caso de colangitis, ligeramente por debajo del contenido presente en las dietas de mantenimiento para adultos. La proteína elegida debe ser de alto valor biológico y alta digestibilidad. En caso de presentar síntomas de EII, se recomienda el uso de una nueva fuente de proteínas o un alimento que contenga proteínas hidrolizadas.

En cuanto a la cantidad de grasas que debe contener la dieta, hasta la fecha las ideas no están muy claras. Hasta hace poco se recomendaba, en presencia de pancreatitis, limitar al máximo las grasas. Sin embargo, estudios más recientes han demostrado que los gatos que padecen pancreatitis, a diferencia de los perros, no sólo no se benefician de una dieta baja en lípidos sino que incluso son capaces de tolerar dietas con un alto contenido de lípidos y grasas. Por lo tanto debemos comenzar con el uso de grasas de fácil digestión sin reducir su cantidad y posiblemente disminuyendo su concentración si el animal presenta esteatorrea o diarrea severa. Sobre todo porque evitar una restricción de lípidos en la dieta permite, por un lado, mantener alta la densidad calórica de la ración y, por otro, hacerla especialmente apetecible.

Agregar fibra soluble puede ser beneficioso por su capacidad para acidificar el contenido del colon y minimizar la absorción intestinal de amoníaco.

Los otros factores nutricionales clave que generalmente se sugieren durante la triaditis son:
Taurina: mínimo 0,3% en S.S.
Arginina: 1,5-2% en S.S.
Sodio: mantener su nivel entre 0,07 y 0,3% en S.S., especialmente en presencia de ascitis.

Además, se recomienda un suplemento de vitamina E (500 UI/kg) y vitamina C (100-200 mg/kg) por su acción antioxidante.

Finalmente, algunos autores recomiendan la adición de zinc, por su papel esencial en el metabolismo intermedio, en la producción de urea y por su capacidad para inhibir la peroxidación lipídica y la desestabilización de membranas. Su contenido debe mantenerse por encima de los 200 mg por kg de peso.

BIBLIOGRAFÍA:
- Collins Sarah. Nutritional support of cats with triaditis. Veterinary nursing journal, 2017, vol. 32 - issue 6.
- David C. Twedt. How I Treat Feline Triaditis. World small animal veterinary association world congress proceedings, 2014.
- Simpson K. W. Pancreatitis and triaditis in cats: causes and treatment. Journal of Small Animal Practice (2015) 56, 40-49
- Simpson (2016) K.W. Feline triaditis: Does it exist and what are the implications in a cat diagnosed with triaditis? Proceedings of the European Veterinary Conference Voorjaarsdagen, The Hague, The Netherlands


Tags

pancreatitiscolangitisenfermedad inflamatoria del hígadoanorexiapérdida de peso gatovomito gatoictericia gatodiarrea gatoPérdida de masa muscular gatohepatomegalia gatogatito hipotermiataquipnea gatodisnea gatoIBDsarcopenia gattolipidosis hepática