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Patologías

Soporte nutricional durante las enfermedades gastrointestinales.


miércoles 15 mayo 2024


Soporte nutricional durante las enfermedades gastrointestinales

En la mayoría de los trastornos gastrointestinales crónicos, un cambio en la dieta por sí solo no es suficiente para que los síntomas desaparezcan por completo, pero el control nutricional sigue siendo uno de los pilares que debe combinarse con cualquier terapia farmacológica

En todo los pacientes que padece enteropatía crónica, un correcto manejo nutricional sirve para eliminar cualquier componente de la dieta que pueda provocar reacciones adversas, asegurar el aporte de todos los nutrientes esenciales al animal, ayudar a restablecer la integridad de la mucosa intestinal, favorecer una correcta digestión y una correcta digestión y motilidad intestinal y corregir cualquier alteración en el microbioma intestinal.

A continuación indicaremos las principales características que debe tener una dieta cuya finalidad sea el manejo de una enfermedad gastrointestinal crónica.

PROTEÍNAS
La elección de la fuente de proteínas a utilizar debe basarse ante todo en su valor biológico y su digestibilidad. La alta digestibilidad de todo el plan nutricional se encuentra entre los elementos fundamentales que debe tener una dieta para un paciente con problemas gastrointestinales. La digestibilidad de un alimento se define como la relación entre el alimento absorbido y el alimento ingerido y se debe en parte a factores intrínsecos al animal (como la funcionalidad de los órganos encargados de la digestión) y a factores extrínsecos ligados al propio alimento (estructura química del alimento, tratamientos tecnológicos y térmicos al que ha sido sometido, etc).

Aunque no existe una definición estándar para una dieta altamente digestible, en general se puede considerar una dieta que en su conjunto tiene una digestibilidad total superior al 80% y una digestibilidad de los macronutrientes presentes en ella superior al 90%.

En consecuencia, a la hora de elegir la fuente proteica a utilizar, esta debe tener un alto valor biológico y una alta digestibilidad.

Además, la mayoría de los autores coinciden en que es preferible utilizar una nueva fuente proteica que el animal nunca haya consumido en el pasado. De hecho, existen algunas patologías gastrointestinales, como la IBD o algunas colitis idiopáticas, que si bien no se deben a reacciones adversas reales a los alimentos, mejoran con el uso de una nueva fuente de proteínas. Algunos ejemplos de fuentes de proteínas que se pueden utilizar son el caballo, el conejo, el pato y la caza.

La cantidad de proteínas a incluir en el plan nutricional debe ser superior al 25% en S.S. en perros y 35% en S.S. en el gato.

LÍPIDOS
Numerosas patologías gastrointestinales requieren dietas bajas en grasas.

En los perros, los lípidos ralentizan el vaciado gástrico y en algunos casos este retraso puede crear molestias o incluso exacerbar los síntomas. Además, cuando las grasas no se digieren y absorben, son hidroxiladas por las bacterias intestinales generando compuestos que, en la luz intestinal, pueden provocar diarrea osmótica.

Sin embargo, no hay que olvidar que las grasas representan una importante fuente calórica que permite reducir el volumen de la comida así como aumentar la palatabilidad de la ración. Por tanto, es importante encontrar la cantidad más adecuada para cada sujeto individual y elegir las fuentes de lípidos más adecuadas.

Cuando se sospecha de problemas digestivos, puede resultar útil preferir fuentes de ácidos grasos de cadena media que no requieran lipasas biliares y pancreáticas para ser absorbidas, como, por ejemplo, el aceite de coco.

El contenido de grasa también debe tenerse en cuenta a la hora de elegir la fuente de proteínas, de hecho, es preferible elegir carnes magras que no contengan una cantidad excesiva de ácidos grasos saturados, que en algunos individuos son especialmente difíciles de digerir.

En términos generales, el contenido de lípidos de la dieta de los pacientes que padecen enteropatía crónica no debe exceder el 15% en S.S. en perros y un 25% en gatos, de hecho, los felinos parecen tolerar mejor las dietas con mayor contenido de grasa.

En sujetos que padecen enteropatías perdedoras de proteínas o linfangiectasias, estos valores deben reducirse aún más.

Aunque hay que reducir el contenido de ácidos grasos, siempre es buena idea asegurarse de cubrir los requerimientos mínimos de ácido linoleico y, en gatos, también de ácido araquidónico.

Además, se debe considerar el posible papel terapéutico de los ácidos grasos omega 3 en el curso de algunas patologías gastrointestinales, como la IBD, en la que Bauer sugiere utilizar una dosis de EPA + DHA de 125x(kg de peso vivo del animal)0,75>/sup> miligramos. Algunos estudios también recomiendan comprobar la proporción entre omega 6 y omega 3 que debe rondar el 3:1.

FIBRA
La fibra en la dieta está representada por material vegetal que resiste la digestión por las enzimas intestinales. Las fuentes de fibra se clasifican según su grado de solubilidad y fermentabilidad, y la elección de las fuentes a utilizar es fundamental en la elaboración de planes nutricionales para sujetos que padecen patologías gastrointestinales. En general, son preferibles las fuentes de fibra con fermentabilidad moderada/alta, ya que son fermentadas por bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta, como acetato, propionato y butirato, con efecto trófico sobre los epitelios del íleon y el colon. Además, los ácidos grasos de cadena corta reducen el pH del colon, contrarrestando el crecimiento de bacterias patógenas. Por tanto, es preferible utilizar fibras solubles que suelen ser más fermentables que las insolubles. Estas últimas, sin embargo, deben utilizarse más cuando sea necesario aumentar la peristalsis y acelerar el paso del contenido intestinal. El psyllum es una de las fibras solubles más utilizadas.

Algunos tipos de fibra, como la inulina y los oligosacáridos (FOS y MOS) también tienen una acción prebiótica al estimular el crecimiento selectivo y la actividad de una o más especies de bacterias saprofitas presentes en el intestino de los animales y desfavorecer el crecimiento de aquellas patógenas.

La dosis de fibra a utilizar no se puede estandarizar y depende de la patología subyacente y de la respuesta del sujeto individual. En términos generales, suele rondar el 5% en S.S. pero, en algunas patologías, este porcentaje puede llegar incluso a duplicarse. Recordemos, por ejemplo, algunas diarreas del intestino grueso que responden a la fibra.

MINERALES Y VITAMINAS
Además de comprobar que el plan nutricional cumple con los requerimientos mínimos de todos los minerales y vitaminas indicados por FEDIAF, se debe prestar especial atención al sodio, potasio y cloro, que se pierden en mayor cantidad durante los episodios de diarrea, dando lugar a posibles desequilibrios electrolíticos. Por tanto, sería aconsejable realizar análisis de sangre para comprobar sus niveles séricos.

En la mayoría de dietas para pacientes "gastrointestinales" los valores recomendados son 0,3-0,5% de S.S. para sodio, 0,8-1,1% en S.S. de potasio y 0,5-1,3% de S.S. de cloro.

Además, conviene comprobar los valores de vitamina B12 y folato, que resultan deficientes en muchos sujetos que padecen patologías del intestino delgado. En caso de valores séricos reducidos, se deben complementar aún más.

Por último, te recordamos que dependiendo de la patología de base se debe considerar el uso de algunos suplementos “funcionales” como antioxidantes, probióticos y glutamina.

BIBLIOGRAFÍA
- Apuntes "workshop 2 "Nutriroma. Febrero 2018
- Marks S.L. La dieta nel managment delle malattie gastointestinali. Bollettino AIVPA 2010
- Pibot P, Biourge V, Elliott D, enciclopedia della nutrizione clinica del cane, 2007, capitolo 3
- Rudinsky A.J., Rowe J.C. and Parker V.J. Nutritional management of chronic enteropathies in dogs and cats. Journal of the American Veterinary Medical Association, 2018; 253 :570-578.


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