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Alimentación, Nutrientes

Perros deportivos: suplementación con aceite de pescado y posibles beneficios.


miércoles 7 agosto 2024


Perros deportivos: suplementación con aceite de pescado y posibles beneficios

En los últimos años, la participación de los perros en competiciones deportivas ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a un incremento de las investigaciones sobre cómo mejorar el rendimiento atlético de estos animales a través de su alimentación. En este contexto, un estudio de 2017, publicado en 2019, intentó entender los efectos de la suplementación con aceite de pescado sobre los parámetros fisiológicos de los perros durante la actividad física

La elección del aceite de pescado se debe a la presencia de ácidos grasos omega-3, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para mejorar las funciones cardiovasculares y musculares, así como el rendimiento físico en humanos y caballos. Sin embargo, faltaban en la literatura científica datos sobre los efectos específicos de la suplementación con aceite de pescado en perros.

Este estudio buscó evaluar el impacto de la suplementación con aceite de pescado en una serie de parámetros fisiológicos en perros sometidos a entrenamiento aeróbico en cinta rodante.

Los objetivos principales eran determinar las variaciones en la frecuencia cardíaca, la temperatura rectal y la circunferencia del muslo, además de evaluar la respuesta de la frecuencia cardíaca y la concentración de lactato en sangre durante una prueba de ejercicio incremental. Estas mediciones se consideraron indicativas de la respuesta física y la capacidad de recuperación de los perros, es decir, del tiempo necesario para alcanzar los valores de reposo después del esfuerzo.

El estudio involucró a ocho perros machos adultos, con edades comprendidas entre los 2 y 6 años, con un BCS de 3 sobre 5 que nunca habían realizado entrenamiento deportivo como resistencia, velocidad o agilidad.

Estos perros se dividieron aleatoriamente en dos grupos: un grupo de control (CG) y un grupo tratado con aceite de pescado (FO).

Los perros del grupo de control recibieron una dieta comercial equilibrada, mientras que los del grupo tratado recibieron la misma dieta con la adición de 54 mg de aceite de pescado por kg de peso metabólico al día. Este régimen alimentario se mantuvo durante toda la duración del estudio, que fue de doce semanas.

La dieta comercial proporcionada a todos los perros estaba compuesta por harina de pollo, trigo, harina de res, arroz, aceite de pollo, soya micronizada, gluten de maíz, pulpa de remolacha, proteínas hidrolizadas de pollo, aceite de pescado, levadura de cerveza, vitaminas y minerales.

Los componentes analíticos de la dieta en materia seca eran: proteínas crudas 28%; grasas crudas 14%, fibra cruda 1,6%, cenizas 7,7%, calcio 1,4%, fósforo 1% con una energía metabolizable, también en materia seca, de 370 kcal por cada 100 gramos.

El protocolo de entrenamiento consistía en sesiones de ejercicio en cinta rodante de 30 minutos, realizadas dos veces por semana. La velocidad de la cinta rodante se fijó en 8 km/h, con una inclinación del 7,5%. Durante estas sesiones, se midieron la frecuencia cardíaca y la temperatura rectal de los perros antes y después de cada entrenamiento, mientras que la circunferencia del muslo se midió una vez por semana.

Además, para evaluar la capacidad física de los perros, se realizó una prueba de ejercicio incremental al inicio, a las seis semanas y al final de las doce semanas. Esta prueba consistía en un aumento gradual de la velocidad de la cinta rodante hasta alcanzar el máximo esfuerzo, midiendo simultáneamente la frecuencia cardíaca y la concentración de lactato en sangre.

Los resultados indicaron que los perros del grupo tratado con aceite de pescado mostraron una reducción significativa en la frecuencia cardíaca tanto antes del entrenamiento (-4,9%) como después del entrenamiento (-2,4%) en comparación con los perros del grupo de control.

También se observó una disminución en la temperatura rectal post-entrenamiento en los perros del grupo que recibieron el aceite de pescado (-0,3%), lo que sugiere una mejor regulación térmica.

En cuanto a la circunferencia del muslo, se observó un aumento significativo (+2,2%) en el grupo tratado en comparación con el grupo de control.

Durante la prueba de ejercicio incremental, se encontró que la frecuencia cardíaca promedio de los perros del grupo FO era significativamente más baja que la de los perros del grupo CG, tanto en la sexta semana (-5,3%) como en la duodécima semana (-6,0%). Estos datos sugieren una mejor eficiencia cardíaca en los perros tratados con aceite de pescado, posiblemente debido a los efectos beneficiosos de los ácidos grasos omega-3 sobre la función cardiovascular.

Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en la concentración de lactato, lo que indica que el uso de aceite de pescado no influyó en la producción de lactato durante el ejercicio, un parámetro relacionado con la fatiga muscular.

Además, no se observaron variaciones significativas en el peso corporal entre los dos grupos, lo que sugiere que la suplementación con aceite de pescado no afectó negativamente el peso o el BCS de los perros.

Los autores, basándose en los resultados obtenidos, concluyeron que la suplementación con aceite de pescado tuvo un efecto positivo en la respuesta fisiológica de los perros durante el entrenamiento físico, mejorando su capacidad de recuperación y reduciendo los parámetros de estrés físico como la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal.

Además, el aumento de la circunferencia del muslo podría ser indicativo de una mejora en la masa muscular, o una reducción de la inflamación muscular post-ejercicio, lo que sugiere un efecto anabólico o antiinflamatorio de los omega-3.

Sin embargo, los autores destacaron que este estudio presenta algunas limitaciones, entre ellas que los perros permanecieron en sus hogares durante el periodo de estudio, lo que dificultó una supervisión exhaustiva, y que se necesitan más estudios para comprender mejor los mecanismos subyacentes y determinar las dosis óptimas y los tiempos de administración del aceite de pescado en perros deportivos.

BIBLIOGRAFÍA:
- Francisco Javier Pellegrino, Analía Risso, Alejandro E Relling, Yanina Corrada. Physical response of dogs supplemented with fish oil during a treadmill training programme. J Anim Physiol Anim Nutr (Berl). 2019 Mar;103(2):653-660.


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