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Las fuentes de carbohidratos en las dietas caseras para mascotas.


miércoles 21 febrero 2024


Las fuentes de carbohidratos en las dietas caseras para mascotas

¿Cuáles son los diferentes tipos de carbohidratos que se incluyen habitualmente en las dietas caseras para perros y gatos? En este artículo responderemos a esta pregunta y, en particular, tendremos en cuenta las fuentes de almidones, es decir, la parte de los carbohidratos complejos que también pueden digerir las mascotas.

Para la clasificación de los carbohidratos recomendamos leer el siguiente artículo: https://www.myvetdiet.es/la_nutricion_veterinaria_segun_myvetdiet_detalle.asp?id=94.

Entre las principales familias de alimentos ricos en almidón utilizados en la dieta de los animales de compañía se encuentran, sin duda, los cereales. En esta categoría se incluyen el arroz, el trigo (que constituye la mayor parte de las pastas comercializadas), el maíz (cuya harina se utiliza generalmente para preparar la polenta), la avena, la cebada, el centeno, la espelta, el kamut, el sorgo y el mijo. Dependiendo del procesamiento al que hayan sido sometidos pueden ser refinados o enteros. Estos últimos, al no haber sido privados del salvado y del germen, se caracterizan por una mayor cantidad de fibra, minerales y vitaminas, menor digestibilidad (ya que el almidón presente en la parte central del grano está mejor protegido y es más difícil de atacar por amilasas pancreáticas) y un índice glucémico más bajo en comparación con el mismo cereal refinado. Si no se cocina correctamente, es muy común que los propietarios que usan cereales integrales encuentren cereales integrales en sus heces.

Últimamente, otra categoría que se utiliza mucho en las dietas es la que se denomina "pseudocereales", es decir, cereales que no forman parte de la familia de las gramíneas y que, a diferencia de muchos cereales, no contienen gluten. Este grupo incluye el amaranto, la quinua y el trigo sarraceno. Sin embargo, es importante subrayar que el arroz, el maíz, el sorgo y el mijo, a pesar de entrar en la categoría de cereales, tampoco contienen gluten.

Otra familia de alimentos ricos en almidón que suele estar presente en los planes nutricionales preparados para mascotas son los tubérculos. Entre ellos, la patata es sin duda el tubérculo más utilizado, pero la tapioca (almidón derivado del tubérculo de yuca) también puede ser una fuente válida de carbohidratos a utilizar, especialmente en dietas de exclusión, dado que es poco probable que un animal la haya consumido previamente.

Finalmente, las legumbres también se encuentran entre los alimentos que contienen almidón que se pueden utilizar como fuente de carbohidratos complejos digeribles, sin embargo, en comparación con otras familias son menos digeribles, tanto por su mayor contenido de amilosa como por su mayor contenido de fibra. En esta categoría entran los guisantes, las lentejas, las judías y los garbanzos. Incluso en los alimentos PetFood, su uso ha aumentado significativamente en los últimos años debido al aumento exponencial de productos definidos como "grain free" en los que el almidón utilizado deriva principalmente de legumbres y no de cereales.

La elección de la fuente a utilizar, sin embargo, no debe ser aleatoria sino que debe basarse en una cuidadosa historia dietética, la posible presencia de patologías, la digestibilidad del alimento y, en algunos casos, también su índice glucémico.

La digestibilidad de un almidón está relacionada con la cantidad de amilosa y amilopectina que contiene, los dos componentes principales de los gránulos de almidón. La amilosa está formada por moléculas de glucosa dispuestas de forma lineal, mientras que en la amilopectina las moléculas forman cadenas ramificadas que, al tener más extremos que una cadena de amilosa lineal, pueden ser atacadas más fácilmente por la amilasa. En consecuencia, la amilopectina es más digerible que la amilosa y los carbohidratos que la contienen en mayor cantidad serán, a su vez, más fácilmente digeribles que los ricos en amilosa.

En un estudio realizado en 36 perros, se comparó la digestibilidad y la respuesta glucémica de 6 fuentes diferentes de almidón: harina de mandioca, arroz, maíz, sorgo, guisantes y lentejas. Las seis fuentes demostraron una digestibilidad muy alta (más del 98%), pero las dietas que contenían arroz y yuca fueron las más digeribles, seguidas por el maíz y el sorgo, mientras que los guisantes y las lentejas mostraron la digestibilidad más baja. Las variaciones en la digestibilidad pueden explicarse tanto por la diferencia en la estructura de los gránulos de almidón entre las fuentes (diferente contenido de amilopectina y amilosa) como por el mayor contenido de fibra total de los guisantes y las lentejas (11,1g y 14,13g respectivamente por 100 gramos de sustancia seca a diferencia de, por ejemplo, el arroz que contenía sólo 1,64g y el sorgo con 6,9g). Finalmente, este estudio comparó la respuesta glucémica postprandial de las diferentes dietas, destacando que las dietas a base de guisantes, lentejas y sorgo indujeron una menor respuesta insulínica y una menor fluctuación en los valores de glucosa en sangre en comparación con las que contenían maíz, arroz y harina de mandioca. Esto sugiere que el uso de legumbres podría ser útil en aquellas patologías como la diabetes en las que queremos evitar un pico glucémico posprandial.

Luego también se llevó a cabo un estudio similar en gatos, utilizando siempre las mismas fuentes de almidón que en el estudio con perros. Los resultados mostraron una alta digestibilidad (>93%) de todas las dietas, siempre mayor en arroz, harina de yuca y maíz en comparación con guisantes y lentejas. Pero, a diferencia de los perros, el sorgo era la fuente de almidón menos digerible. Esto demostró además que incluso los gatos son capaces de digerir el almidón cuando se les administra en una cantidad limitada. En cambio, los datos sugieren que los diferentes tipos de almidón tienen menos efectos sobre las respuestas posprandiales de glucosa e insulina que los inducidos en perros y humanos. Esto puede explicarse por las peculiaridades metabólicas de los felinos, que pueden ralentizar y prolongar la digestión y absorción del almidón, retrasando sus efectos en la sangre.

Si se decide utilizar el arroz como fuente de almidón, también se debe tener en cuenta las diferencias entre las distintas variedades de arroz. Cada variedad tiene un contenido de amilosa diferente y, en consecuencia, una digestibilidad y un índice glucémico distintos. Las variedades Roma y Arborio se clasifican entre las de bajo contenido en amilosa, mientras que Carnaroli se clasifica entre las de contenido medio. De las variedades disponibles en el mercado, el arroz Basmati se encuentra entre las de mayor contenido en amilosa (aprox. 22 %), por lo que es ideal para el consumo cuando se elige un arroz con un índice glucémico más bajo.

Sin embargo, en general, no se aconseja el uso de arroz parboiled ya que el tratamiento al que se somete provoca un aumento del contenido de "almidones resistentes", es decir, aquellos almidones que, resistiendo el ataque de la amilasa, no se digieren, con el riesgo de una fermentación excesiva de estos a nivel intestinal.

Si en cambio se opta por las patatas, hay que tener en cuenta que contienen más potasio y fibra que la mayoría de los cereales refinados. Además, contienen una cantidad baja de amilosa y una cantidad alta de amilopectina, lo que las convierte en uno de los alimentos más digeribles con un índice glucémico elevado.

Es importante subrayar, sin embargo, que casi todos los estudios sobre índices glucémicos (respuesta de la glucosa en sangre a 50g de carbohidratos) se han realizado en medicina humana, que los valores disponibles se refieren a humanos y que, hasta la fecha, ningún estudio de la medicina veterinaria parece correlacionar el uso de alimentos con un índice glucémico elevado con el desarrollo de patologías como la diabetes. En consecuencia, hasta la fecha no tiene sentido basar la elección del carbohidrato a administrar a un animal principal o exclusivamente en su índice glucémico.

Aunque parezca una obviedad, conviene recordar que la cocción aumenta la digestibilidad de todos los almidones, especialmente el de patata. El almidón crudo es casi indigerible (con una digestibilidad inferior al 40%), de hecho, se encuentra en una estructura dura y cristalina, prácticamente inatacable por las enzimas digestivas. La cocción (por ejemplo, como hervir o cocer al vapor) permite la penetración del agua en el alimento y la gelatinización del almidón, es decir, la rotura de la estructura cristalina y la apertura de los gránulos del almidón, haciéndolo así atacable por la amilasa y permitiendo su digestión. La cocción no debe ser al dente, pero tampoco excesivamente prolongada, dejando el carbohidrato unos minutos más que el tiempo recomendado para humanos y, en el caso del arroz y la pasta, evitando enjuagarlo con agua fría para evitar la retrogradación del almidón que contiene, lo que reduciría de nuevo su digestibilidad.

Por último, conviene recordar que los carbohidratos también pueden ser aportados a un animal a través de alimentos que no contienen almidón, sino azúcares simples, como las frutas y algunas verduras. Ambas categorías de alimentos también aportan carbohidratos complejos, pero, a diferencia de los almidones, no se digieren y desempeñan una función importante en la regulación del tránsito intestinal: la fibra.

Otra fuente importante de carbohidratos simples que se pueden utilizar en las mascotas, con pleno conocimiento de causa y con moderación, es la miel. De hecho, también es naturalmente rico en muchos otros nutrientes y sustancias con efectos beneficiosos para el organismo.

Concluimos intentando dar respuesta a una pregunta habitual que los propietarios hacen a su veterinario: ¿son los carbohidratos imprescindibles en la dieta de mi perro? La respuesta general es no: de hecho, FEDIAF no indica dosis mínimas a administrar ni a perros ni a gatos. Sin embargo, los carbohidratos, al ser una excelente fuente de energía (y glucosa) para el organismo, si se utilizan en la cantidad adecuada, pueden ser útiles para evitar el uso de proteínas como fuente de energía, especialmente en algunas etapas de la vida, como el crecimiento, reproducción y lactancia, donde aumenta la demanda de energía y glucosa del organismo.

¿Y en el gato? Esta especie se encuentra entre los carnívoros estrictos y, como tal, tiene una cantidad reducida de amilasa y no se beneficia de la administración de carbohidratos. Sin embargo, como demuestran varios estudios, es capaz de digerir el almidón si se aporta en pequeñas cantidades.

Recordemos en cambio que, si cuando hablamos de carbohidratos también nos referimos a la fibra, aunque no se encuentran entre los nutrientes esenciales, juegan un papel importante en la dieta de perros y gatos por su papel en la regulación del tránsito gastrointestinal.

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