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La nutrición veterinaria según MyVetDiet
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Alimentación, Requerimiento energético, Nutrientes

La nutrición del perro anciano.


miércoles 24 agosto 2022


La nutrición del perro anciano

Los perros ancianos suelen tener una serie de problemas relacionados con la edad, por ejemplo, el requerimiento energético diario total es menor que el de los animales más jóvenes de la misma raza. Por eso es importante cambiar la dieta de los pacientes a medida que envejecen

La primera pregunta que hay que hacerse al referirse a un animal de edad avanzada es: ¿a qué edad se debe considerar a un perro como tal? Dada la falta de homogeneidad en tamaño, características físicas y longevidad de las diferentes razas de perros, responder a esta pregunta no es tan sencillo. En términos generales, cuanto mayor es el tamaño del perro, menor es su esperanza de vida, ya que el proceso de envejecimiento comienza antes en él que en un perro pequeño. Generalmente, un perro de tamaño gigante se puede considerar anciano a partir de los 7 años, un perro de tamaño grande alrededor de los 9 años, un animal de tamaño mediano alrededor de los 10 años, mientras los perros de raza pequeña alcanzan la "ancianidad" alrededor de los 11 años, pero todavía hay una variabilidad de sujeto a sujeto. La mejor manera de saber si un perro está envejeciendo es observar si se están produciendo algunos cambios en él que puedan estar relacionados con un proceso de envejecimiento. Esta última se caracteriza, en general, por una menor capacidad de adaptación a factores de estrés externos o internos, una reducción de la actividad física, un declive progresivo de la función cognitiva y sensorial, muchas veces asociado a una alteración del comportamiento normal. Desde un punto de vista fisiológico, estas alteraciones corresponden a un declive progresivo de las funciones de los órganos y una reducción de la eficacia del sistema inmunitario, probablemente asociado a una mayor exposición del organismo a la acción de las ROS (reactive oxygen species) con el consiguiente estrés oxidativo.

Los perros ancianos presentan con frecuencia una serie de problemas relacionados con la edad, como inflamación e infecciones recurrentes de la cavidad oral, dolor en las articulaciones, motilidad reducida del colon, deterioro de la función cardíaca y renal, así como una reducción de la masa corporal magra (debido a la pérdida de tejido muscular) y un aumento en el porcentaje de grasa corporal. Además, el envejecimiento provoca un enlentecimiento del metabolismo basal que, asociado a una disminución de la actividad física, se corresponde con una reducción de su requerimiento energético de mantenimiento con un mayor riesgo de desarrollar obesidad.

Algunos animales con edad avanzada pueden desarrollar patologías que afectan al sistema endocrino, urinario o cardiovascular por lo que puede ser necesario dar una terapia nutricional específica que va más allá de los consejos genéricos que ofrecemos en este artículo.

Los principales objetivos de las modificaciones dietéticas en animales ancianos "sanos" son: mantener un peso corporal óptimo, evitar la pérdida excesiva de masa muscular, aumentar la digestibilidad de los alimentos para facilitar su absorción, limitar la sobrecarga de los riñones y el hígado, así como mejorar la inmunocompetencia.

Como dijimos antes, en la mayoría de los perros ancianos, el requerimiento total de energía diaria es menor que el de un adulto. Generalmente es necesario reducir las kilocalorías a tomar al menos un 20%, pero es fundamental evaluar el estado nutricional del paciente, su BCS, su MCS (muscle condition score), la actividad física que realiza diariamente y calcular los requerimientos del sujeto individual, así como pesarlo regularmente para ajustar las kilocalorías de su dieta para mantener un peso óptimo. Sin embargo, no debemos olvidar que algunos sujetos de edad avanzada tienden a perder peso y consunción o, por patologías que padecen, o como consecuencia de la dificultad en la ingesta de alimentos y que, en estos casos, el requerimiento energético puede verse incrementado.

En un estudio de perros labrador retriever, los resultados indicaron que una restricción del 25% en la ingesta de alimentos aumentó la esperanza de vida promedio y retrasó la aparición de signos de enfermedades crónicas.

Si el animal no presenta ninguna patología para la que se recomiende una reducción específica de las proteínas ingeridas con la dieta, el contenido proteico de la dieta proporcionada no debe ser inferior, sino ligeramente superior al necesario para el mantenimiento de un animal adulto, y debe tener como finalidad principal la de minimizar la pérdida de masa muscular. Para ello, es fundamental la elección de la fuente proteica, que debe tener un alto valor biológico y una alta digestibilidad, para evitar una producción excesiva de catabolitos nitrogenados que sobrecargarían la función renal. Si se reduce la cantidad diaria de alimento que ingiere el animal, por ejemplo debido a enfermedades periodontales que provocan dolor al comer, puede ser necesario aumentar la ingesta de proteínas para poder cubrir con certeza el requerimiento mínimo del animal.

El contenido en lípidos de la dieta de un perro de edad avanzada es muy variable en función del peso del sujeto y de su apetito, pero nunca se debe reducir la cantidad de ácidos grasos esenciales administrados al sujeto. Se debe prestar especial atención a la ingesta de ácidos grasos omega 3, especialmente EPA y DHA, por su efecto antiinflamatorio y por su capacidad para contrarrestar los déficits cognitivos propios del animal de edad avanzada.

Las dietas para perros ancianos deben contener una cantidad suficiente de fibra para asegurar una motilidad intestinal adecuada que, como se mencionó anteriormente, disminuye a medida que envejecen. Tanto la fibra soluble como la insoluble tienen efectos positivos en la salud intestinal, incluida la provisión de sustratos para la microbiota intestinal. Además, la administración de agua y una actividad física adecuada pueden ayudar a prevenir el estreñimiento.

No existen recomendaciones específicas sobre las cantidades de minerales y vitaminas que debe tomar un animal de edad avanzada, por lo que a la hora de elaborar una dieta se debe hacer referencia a las cantidades mínimas y máximas recomendadas para animales adultos. Sin embargo, es bueno tener en cuenta las propiedades de algunos minerales y vitaminas. El fósforo es el principal elemento implicado en el metabolismo renal, por lo que es importante evitar su ingesta excesiva, así como realizar un seguimiento frecuente de la función renal de los ancianos para saber si es necesario reducir su ingesta. Los estudios realizados hasta la fecha demuestran que reducir la ingesta de fósforo, solo como medida preventiva para reducir el riesgo de enfermedades renales, no aporta ningún beneficio. Se debe prestar especial atención al zinc, debido al importante papel que juega en muchos sistemas biológicos, incluido el sistema inmunológico, y a las sustancias con acción antioxidante, como la vitamina E y el selenio, útiles para contrarrestar el daño celular causado por los metabolitos oxidativos.

El uso de carbohidratos en perros ancianos sigue siendo muy controvertido hoy en día y debe evaluarse cuidadosamente caso por caso.

También hay que recordar que los animales de edad avanzada requieren, más que otros sujetos, hábitos y, por lo tanto, es muy importante mantener la coherencia en la cantidad de comidas administradas (generalmente 2-3 por día) y en los horarios en que se ofrecen.

BIBLIOGRAFÍA:
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-FEDIAF Scientific Advisory Board Statement Nutrition of senior dogs. 2017
-Larsen J.A., Farcas A. Nutrition of aging dogs. The Veterinary clinics of North America. Small animal practice, 2014, 44, 741-759.
-Vicki Jean Adams, Penny Watson, Stuart Carmichael, Stephen Gerry, Johanna Penell and David Mark Morgan . Exceptional longevity and potential determinants of successful ageing in a cohort of 39 Labrador retrievers: results of a prospective longitudinal study. Acta Vet Scand. 2016; 58: 29.


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