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Alimentación, Requerimiento energético, Nutrientes, Patologías

Dieta casera para un perro adulto sano: lo que nunca debes olvidar.


miércoles 25 mayo 2022


Dieta casera para un perro adulto sano: lo que nunca debes olvidar

Para preparar una dieta correcta para un perro, basta poner proteínas, aceite, fibras y posiblemente carbohidratos en la proporción adecuada en el bol. ¡Absolutamente no! Hagamos un análisis cuidadoso sobre la correcta formulación de una dieta casera para un perro.

El punto de partida, a la hora de decidirse a elaborar un plan de alimentación para un perro, debe ser la conciencia de que cada dieta debe ser individualizada. Cada perro tiene unas necesidades nutricionales diferentes, dependiendo de la edad, raza, estado fisiológico y estilo de vida. Por lo tanto, una historia clínica precisa es fundamental para poder preparar una dieta correcta. El segundo paso es calcular correctamente el requerimiento energético del individuo. Es impensable proporcionar una alimentación sana y correcta a un animal suministrando cantidades de alimento "a ojo de buen cubero". Un plan nutricional debe ser cuidadosamente estudiado y considerado. En este punto hay que decidir qué incluir en la dieta y recordar lo que nunca debe faltar. Un pensamiento común, y muy equivocado, es que una dieta casera es simplemente un poco de carne y un poco de carbohidratos, bien cocidos, para poner en el bol. A largo plazo, dicha dieta podría conducir al desarrollo de patologías nutricionales. Estas últimas son particularmente sutiles, porque se establecen muy lentamente y, a menudo, son difíciles de diagnosticar, pero en todos los aspectos son patologías graves y, a veces, irreversibles.

El perro se define como un "carnívoro adaptado", de hecho, si por un lado ha desarrollado enzimas capaces de digerir los almidones, por otro lado sigue siendo un carnívoro, por lo que su organismo no es capaz de sintetizar algunos aminoácidos, que como tales se definen como esenciales. La ingesta dietética de estos aminoácidos no puede separarse de la ingesta por parte del animal de una fuente proteica, principalmente de origen animal. Así que lo primero que se debe incluir en el plan de alimentación de una mascota sana es una fuente de proteína, como carne o pescado. La cantidad puede variar según el animal, pero es fundamental no bajar de los límites necesarios para el bienestar del animal. FEDIAF (Federación Europea de la Industria de Alimentos para Mascotas) brinda recomendaciones muy claras sobre la cantidad mínima de proteína que un perro adulto debe tomar diariamente. Si, por ejemplo, para calcular el requerimiento energético se utiliza la fórmula 110 x peso vivo del animal elevado a 0,75, FEDIAF indica como cantidad mínima 45 gramos de proteína por cada 1000 kcal de energía metabolizable. Es importante precisar que esto no significa que 45 gramos de carne sean suficientes para un perro que necesita 1000 kcal, ya que 100 gramos de carne no corresponden a 100 gramos de proteína y que esta dosis representa solo el mínimo, pero un animal sano podría, y debería, tomar diariamente una cantidad mayor. De hecho, ahora mismo no hay indicaciones sobre una cantidad máxima de proteína que puede tomar el animal. Sin embargo, un exceso de proteína puede hacer una fermentación excesiva de las bacterias del colon.

Sin embargo, no solo se debe prestar atencián a la cantidad de proteínas, sino también al perfil de amino´cidos de la fuente de proteínas utilizada. De hecho, FEDIAF indica las dosis mínimas que debe tomar el animal de cada aminoácido esencial, sin las cuales el animal se enfrentaría a graves problemas de salud.

Los carbohidratos no están incluidos en las tablas FEDIAF que indican los nutrientes mínimos que debe tomar un perro. Esto se debe a que, idealmente, un perro podría vivir sin consumir ninguna fuente de carbohidratos. Sin embargo, los carbohidratos, cuando se cocinan correctamente y se hacen digeribles, son una excelente fuente de energía que el animal puede utilizar para numerosas funciones orgánicas, evitando así el uso de proteínas como fuente de energía, pero "salvándolas" para el crecimiento y la reparación de tejidos. Además, la mayoría de los carbohidratos también aportan minerales y vitaminas. Por el contrario, una ingesta excesiva de carbohidratos en la dieta puede llevar al animal a un aumento excesivo de peso.

Un alimento que suele subestimarse y olvidarse en las dietas formuladas para perros es el aceite. Probablemente porque se piensa que las grasas ya las toma el animal a través de la carne. Sin embargo, cada grasa tiene una composición de ácidos grasos diferente. Los ácidos grasos se dividen en ácidos grasos saturados (presentes principalmente en las grasas de origen animal) monoinsaturados y poliinsaturados (presentes en mayor cantidad en las grasas de origen vegetal). Entre estos &uaucte;ltimos se incluyen los que se definen como ácidos grasos esenciales, es decir, aquellos que el organismo no es capaz de producir y que, por tanto, deben ser administrados a través de la alimentación. Tienen funciones muy importantes en el organismo: se encuentran entre los constituyentes de las membranas celulares, representan los precursores de los eicosanoides (implicados en la cascada inflamatoria) y regulan diversos procesos metabólicos. FEDIAF, en perros adultos, ofrece indicaciones sobre la cantidad mínima de grasa que debe contener una dieta, no porque la grasa en sí sea imprescindible, sino porque considera esa dosificación la mínima para asegurar al animal la correcta ingesta de ácidos grasos esenciales.

Lo que nunca hay que olvidar, a la hora de elaborar un plan de alimentación para un perro, es comprobar qué ácidos grasos se están aportando al animal y, si entre estos, están presentes los ácidos grasos esenciales (como el ácido linoleico y el ácido alfa-linolénico). Además, es fundamental comprobar que en la dieta existe la proporción correcta entre omega 6 y omega 3 que, según algunos estudios, es de 5:1 a favor del omega 6. Esta proporción, sin embargo, puede variar según las condiciones de salud y las necesidades del individuo individual.

En general, los aceites vegetales como el de maíz, girasol o soja aportan principalmente omega 6 mientras que en cuanto a omega 3 el aceite de linaza es particularmente rico en ácido alfa-linolénico mientras que los aceites de pescado son ricos en EPA y DHA. Hasta la fecha, en animales adultos, todavía no está claro si existe y cuál es el requerimiento mínimo diario de EPA y DHA, sin embargo, cada vez más estudios subrayan la importancia de estos dos ácidos grasos para el bienestar de los animales y su papel de antioxidantes y antiinflamatorios en numerosas enfermedades, como la insuficiencia cardiaca y renal.

¿Y las verduras? Son principalmente una fuente de fibra en una dieta. Estas últimas no representan un nutriente real ya que, por definición, no son asimilados por el animal pero son importantes para permitir que el tracto gastrointestinal funcione de la mejor manera. De hecho, su presencia en la dieta, así como la relación entre la fibra soluble e insoluble presente en la comida, afecta la velocidad de tránsito de los alimentos en el estómago y los intestinos, así como la digestión y absorción de numerosos nutrientes. Además, la fibra soluble es fermentada por las bacterias presentes en el colon, lo que resulta en la producción de ácidos grasos de cadena corta, que luego pueden ser absorbidos por el cuerpo.

Entonces, para preparar una dieta correcta para un perro, ¿es suficiente poner proteínas, aceite, fibras y posiblemente carbohidratos en la proporción correcta?

Absolutamente no. Ese es un paso importante, pero para que un plan nutricional sea correcto y saludable, debe ser completo y equilibrado con todos los nutrientes necesarios para un animal y por lo tanto no debemos olvidarnos absolutamente de los minerales y vitaminas, de los cuales una dieta casera es casi siempre falta.

De hecho, las pautas de FEDIAF para una correcta nutrición canina incluyen las dosis mínimas y máximas de 25 nutrientes entre minerales y vitaminas. Por tanto, es necesario comprobar si el plan nutricional que se está elaborando respeta estos parámetros, para evitar carencias o excesos perjudiciales para la salud y, en caso contrario, preocuparse por añadir los complementos adecuados.

Para facilitar todo esto existen algunos programas que son capaces de calcular, según indicaciones de FEDIAF, para cada animal el mínimo y máximo de los distintos nutrientes y señalar las carencias o excesos en un plan alimentario elaborado para ese sujeto. Sin embargo, no pueden reemplazar las habilidades del veterinario en la evaluación clínica del animal, sus necesidades específicas y en la elección de la proporción que debe haber en la dieta entre proteínas, grasas, carbohidratos y fibra.


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