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Alimentación, Nutrientes, Patologías

Ácidos grasos: qué son y para qué sirven.


miércoles 8 febrero 2023


Ácidos grasos: qué son y para qué sirven

Los lípidos son macronutrientes que juegan un papel fundamental en la nutrición, ya que además de aportar una elevada cantidad de energía, favorecen la absorción de vitaminas liposolubles y aportan ácidos grasos esenciales para el organismo

Los ácidos grasos son ácidos monocarboxílicos alifáticos que se diferencian por el número de átomos de carbono y por la presencia o ausencia de dobles enlaces. En la naturaleza, los lípidos están formados principalmente por ácidos grasos con un número par de átomos de carbono, que se definen como de cadena corta, si tienen un número de átomos de carbono entre 2 y 6, de cadena media, si están formados por un número de átomos de carbono variable entre 8 y 12 y, de cadena larga, si tienen un número de átomos de carbono entre 14 y 24.

También se diferencian en la forma en que se digieren, de hecho, si los ácidos grasos liberados en el intestino por hidrólisis de los lípidos de los alimentos son de cadena media y corta, atraviesan intactas las células intestinales y se vierten directamente en la circulación portal mientras que, si son de cadena larga, se transforman en el interior de las células de la mucosa intestinal en quilomicrones y se vierten en los conductos linfáticos. En términos generales, cuanto más corta es la longitud del triglicérido, más fácil es de digerir.

En el organismo, los ácidos grasos tienen numerosas funciones de vital importancia: forman parte integrante de las estructuras lipoproteicas de las membranas celulares, juegan un papel fundamental en la regulación de los procesos metabólicos y son precursores de mediadores inflamatorios agrupados bajo el término genérico de eicosanoides y representados por tromboxanos, prostaglandinas y leucotrienos.

Otra clasificación divide los ácidos grasos en saturados e insaturados. Los ácidos grasos saturados no tienen dobles enlaces, mientras que los ácidos grasos insaturados pueden ser monoinsaturados si tienen un solo doble enlace o poliinsaturados si tienen dos o más dobles enlaces entre los átomos de carbono.

Los ácidos grasos insaturados se clasifican además, según la posición del primer doble enlace, en relación con el terminal metilo, en omega 3 (cuyo progenitor es el ácido linolénico), omega 6 (progenitor el ácido linoleico) u omega 9 (progenitor el ácido oleico).

Las familias de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6 se definen como ácidos grasos esenciales porque los mamíferos son incapaces de sintetizarlos de novo, es decir, son incapaces de formar ácido linoleico y ácido linolénico a partir de ácidos grasos saturados o monoinsaturados. Sin embargo, pueden elongar y desaturar estos ácidos grasos en otros ácidos grasos poliinsaturados. En particular, el ácido linolénico se puede transformar en EPA y DHA y el ácido linoleico en ácido araquidónico. El gato, al presentar una actividad enzimática delta6-desaturasa casi nula, es incapaz de realizar esta última conversión, de hecho en esta especie FEDIAF indica una cantidad mínima de ácido araquidónico que el animal debe tomar con la comida en todas las etapas de su vida.

La velocidad y capacidad de desaturación y alargamiento de los ácidos grasos poliinsaturados depende sobre todo de la especie animal, en general el perro y el gato no tienen una gran actividad de conversión incluso del ácido alfa-linolénico en EPA y DHA, de hecho en estas especies la tasa de conversión se estima en torno al 10%.

Entre los ácidos grasos considerados esenciales en perros y gatos se encuentran el ácido linoleico (18:2n-6) y el ácido araquidónico (20:4n-6), pertenecientes a la familia omega 6, el ácido alfa-linolénico (18:3n-3), EPA (20:5n-3) y DHA (22:6n-3) pertenecientes a la familia omega 3.

FEDIAF, en función de la etapa vital y el estado fisiológico del sujeto, establece unos niveles mínimos que el animal debe tomar diariamente. Tanto en perros como en gatos en crecimiento, gestantes o lactantes, establece valores de referencia para todos los ácidos grasos mencionados anteriormente, destacando el papel clave del DHA y el ácido araquidónico en el desarrollo neuronal y retiniano. Para los adultos, en cambio, indica valores mínimos solo para el omega 6. En particular, en perros, indica un mínimo a respetar solo para el ácido linoleico (omega 6) ya que este puede convertirse luego en otros ácidos grasos por la acción enzimática de las desaturasas y elongasas presentes en esta especie. En el gato adulto, en cambio, dada su incapacidad para transformar el ácido linoleico en ácido araquidónico, también marca unos mínimos imprescindibles de este último ácido graso. Para el omega 3, en adultos, FEDIAF señala que por ahora no hay suficientes datos para recomendar niveles específicos, pero que cada vez más estudios científicos destacan los efectos beneficiosos de los ácidos grasos pertenecientes a esta familia, tanto en animales sanos como patológicos.

Los principales síntomas de una deficiencia de ácidos grasos esenciales incluyen piel escamosa, pelaje de mala calidad, lesiones en la piel, alopecia, deterioro de la función reproductiva, fragilidad de los glóbulos rojos y, en cachorros, retraso en el desarrollo y el crecimiento.

Entre las diversas funciones que desempeñan los ácidos grasos en el organismo, la más estudiada es su papel en los procesos inflamatorios. Algunos omega 3 y omega 6 representan los precursores de los eicosanoides, es decir, un importante grupo de moléculas que actúan aumentando o disminuyendo la respuesta inmune durante los procesos inflamatorios. En particular, el ácido araquidónico (omega 6) es el precursor de tromboxanos, prostaglandinas y leucotrienos con una acción principalmente "proinflamatoria", mientras que los producidos a partir de EPA y DHA (omega 3) tienen una acción más "antiinflamatoria". Además, las vías metabólicas que conducen a la formación de ácido araquidónico, a partir del ácido linoleico, y de EPA y DHA, a partir del ácido alfa-linolénico, utilizan las mismas enzimas (desaturasas D5 y D6) creando una especie de "competencia" entre estas dos vías y, precisamente por ello, es importante no sólo la cantidad de omega 3 y omega 6 que consume un animal, sino también la proporción omega 6:omega 3 presente en la dieta. En dietas para animales sanos, la proporción ideal debe estar entre 6:1 y 3:1.

Los estudios científicos se han centrado más en el posible papel terapéutico y antiinflamatorio de EPA y DHA en el curso de diversas patologías. En un artículo de 2011 Bauer resume los beneficios del omega 3, dando indicaciones sobre las distintas dosis de EPA y DHA que podrían tener un papel terapéutico en perros y gatos según las distintas patologías.

A continuación se muestra un breve resumen de las dosis indicadas en este informe:
PATOLOGÍA
Mg/día de EPA+ DHA

Atopia y EII
125 x kg peso metabólico (del animal)*

Osteoartritis
310 x kg peso metabólico (del animal)*

Enfermedad renal cronica
140 x kg peso metabólico (del animal)*

Hiperlipidemia idiopática
120 kg peso metabólico (del animal)*

Patologías cardiovasculares
115 x kg peso metabólico (del animal)*

Dosis máxima indicada por NRC
370 x kg peso metabólico (del animal)*



*se recuerda que el peso metabólico de un animal corresponde al peso vivo del animal elevado a 0,75.

Sin embargo, se debe enfatizar que esta tabla es solo una indicación, ya que aún se están realizando numerosos estudios sobre los omega 3, su dosificación con fines terapéuticos y sus posibles efectos secundarios. Precisamente sobre esto último, Lenox y Bauer publicaron un artículo en el que destacan los riesgos potenciales del omega 3 no solo en función de la dosis ingerida, sino también de la proporción omega 6:omega 3 presente en la dieta.

BIBLIOGRAFÍA:
- Bauer, JE. Therapeutic use of fish oils in companion animals. JAVMA. 2011;239(11):1441
- Delaney SJ & Fascetti AJ. Applied Veterinary Clinical Nutrition. (ed. Fascetti AJ and Delaney SJ. ). 2012
- FEDIAF nutritional guidelines 2018
- Lenox CE. & Bauer JE J. Potential adverse effects of Omega 3-fatty acids in Dogs and Cats . Vet Intern Med 2013; 27 (2): 217-226.
- Small Animal Clinical Nutrition 5th edition. (ed. MS Hand, CD Thatcher, RL Remillard, P Roudebush & BJ Novotny). 2010 pp 96-100


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