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Requerimiento energético

¿Cambia la necesidad energética de un animal con el cambio de estación y la llegada del frío?.


miércoles 6 noviembre 2024


¿Cambia la necesidad energética de un animal con el cambio de estación y la llegada del frío?

Entre las variables a tener en cuenta al calcular las necesidades energéticas de un animal, siempre debe considerarse la temperatura del entorno en el que vive. De hecho, dependiendo de la temperatura ambiental circundante, un animal puede necesitar utilizar energía para mantener constante su temperatura corporal

Para cada especie animal, existe un rango de temperatura ambiental denominado “zona de neutralidad térmica” en el que la energía necesaria para mantener constante la temperatura corporal es mínima. En el caso del conejo, por ejemplo, se sitúa alrededor de los 27-28 grados; en la oveja, entre los 13-14 grados; mientras que en el perro puede variar según la raza y la longitud de su pelaje. La zona de neutralidad térmica (TNZ) para las razas de perros de pelo largo está entre los 15 y 20 grados, mientras que para las razas de pelo corto está entre los 20 y 25 grados. Sin embargo, para algunas razas nórdicas, la TNZ puede ser más baja, como en el caso del Alaskan Husky, cuya zona está entre los 10 y 15 grados. Para los gatos, en cambio, la zona termoneutral no se conoce por completo, pero se ha estimado entre los 30 y 38 grados.

Cada vez que la temperatura ambiental se aleja de esta zona de neutralidad térmica, el gasto energético del animal será mayor, ya sea en condiciones de mayor frío o calor.

A temperaturas superiores a las de la zona de neutralidad, el animal necesitará utilizar energía para disipar el calor. Por el contrario, a temperaturas inferiores, la energía se utilizará para generar calor con el fin de mantener constante la temperatura corporal.

La cantidad de energía necesaria para este propósito puede variar considerablemente, oscilando entre un 10% y un 90% más de calorías que las necesarias en condiciones climáticas óptimas. Esta variabilidad depende no solo de la diferencia en grados entre la temperatura ambiental y la de la zona de neutralidad, sino también de la humedad del aire, de la presencia de viento y de factores intrínsecos al animal, como su capacidad de adaptación, el grosor del tejido adiposo subcutáneo, la densidad y la longitud del pelaje. Sin embargo, estos últimos factores hacen imposible generalizar el cálculo de las necesidades, y por lo tanto, los factores de corrección que se aplican al requerimiento energético de mantenimiento se basan actualmente exclusivamente en la temperatura ambiental.

A continuación, se indican los factores de corrección sugeridos según la temperatura ambiental:
- t° ambiente superior a 35° = 1,5 x FEM (necesidad de mantenimiento)
- t° ambiente 30 - 35° = 1,2 x FEM (necesidad de mantenimiento)
- t° ambiente 25 - 29° = 1,1 x FEM (necesidad de mantenimiento)
- t° ambiente 11 - 24° = 1 x FEM (necesidad de mantenimiento) (zona de neutralidad térmica)
- t° ambiente 0 - 10° = 1,1 x FEM (necesidad de mantenimiento), excepto para razas nórdicas, a las cuales no se debería aplicar
- t° ambiente -10 - 0° = 1,25 x FEM (necesidad de mantenimiento), excepto para razas nórdicas, a las cuales no se debería aplicar
- t° ambiente inferior a -10° = 1,5 x FEM (necesidad de mantenimiento)

En la práctica diaria, sin embargo, estos coeficientes se utilizan poco, ya que, incluso durante el invierno, la mayoría de las mascotas viven en el interior, por lo que la temperatura del entorno donde pasan la mayor parte del tiempo está dentro de los límites de la zona de neutralidad térmica. En cambio, sería importante aplicarlos a todos aquellos animales que durante el invierno viven constantemente en el jardín o al aire libre.

Este mismo principio debería aplicarse en verano; si el animal vive en casa, donde probablemente se utilicen aires acondicionados, no es necesario aplicar estos factores de corrección ni modificar la necesidad energética. Sin embargo, si el animal también vive al aire libre durante el verano, sería aconsejable aumentar la cantidad diaria de kilocalorías que consume, además de incrementar la ingesta de agua.

BIBLIOGRAFÍA:
- Delaney SJ & Fascetti AJ. Applied Veterinary Clinical Nutrition. (eds. Fascetti AJ y Delaney SJ.), 2012, capítulo 3
- FEDIAF Nutritional Guidelines for Complete and Complementary Pet Food for Cats and Dogs, septiembre de 2020
- MS Hand, CD Thatcher, RL Remillard, P Roudebush & BJ Novotny. Small Animal Clinical Nutrition 5th edition. ed. 2010, capítulo 5
- Mussa P.P., Meineri G., Bergero D. Requerimientos energéticos de mantenimiento de los perros. Veterinaria, año 12, nº 1, febrero de 1998
- Nutrient Requirements of Dogs and Cats. National Research Council, 2006


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