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Esterilización precoz y cambio de alimentación.


miércoles 21 agosto 2024


Esterilización precoz y cambio de alimentación

La esterilización es una de las intervenciones quirúrgicas más comunes que se realizan en perros y gatos. A menudo, se lleva a cabo en la etapa prepuberal, es decir, cuando el animal todavía está en fase de crecimiento

La principal consecuencia de esta intervención es la reducción de las hormonas sexuales en el animal esterilizado, lo que no solo altera su comportamiento sexual, sino que también induce un cambio en su metabolismo.

La esterilización implica tanto una reducción de las necesidades energéticas del animal, aproximadamente un 20% menos en comparación con un animal intacto, como una alteración en el metabolismo lipídico y proteico.

La testosterona (que en las hembras actúa como sustrato para la formación de estradiol) interviene en el metabolismo proteico, promoviendo la división celular y el desarrollo de la masa muscular, mientras que los estrógenos tienen un efecto en el metabolismo del calcio (favoreciendo la deposición de sales de calcio en los huesos y la soldadura de los cartílagos de crecimiento) y en el metabolismo lipídico, reduciendo los lípidos circulantes y previniendo su depósito en el hígado.

Por lo tanto, la alimentación del animal también debe ajustarse una vez que ha sido esterilizado.

La elección del tipo de alimento y la cantidad a administrar es una decisión importante y delicada, especialmente cuando el animal todavía está en fase de crecimiento.

Sin embargo, entre los veterinarios no existe un consenso unánime sobre la alimentación que se debe recomendar al propietario después de que su animal ha sido esterilizado. Algunos recomiendan continuar con el mismo alimento y la misma cantidad que antes, otros simplemente aconsejan reducir la dosis, y otros creen que la opción más adecuada es cambiar a un alimento para animales adultos esterilizados.

Pero, ¿cuál es la respuesta correcta?

La verdad es que no existe una solución única y el veterinario, al elegir la alimentación que debe recomendar, debe tener en cuenta no solo la edad del animal, sino también su raza, la edad en la que se considerará adulto y, sobre todo, los niveles analíticos del alimento que el animal va a consumir después de la intervención.

Lo ideal, si el animal es todavía un cachorro, sería administrarle un alimento diseñado específicamente para cachorros esterilizados, pero en el mercado existen muy pocos alimentos industriales con estas características.

Continuar con el mismo alimento y la misma dosis no debe considerarse una solución viable, ya que, como se mencionó anteriormente, la esterilización implica una disminución de las necesidades energéticas del animal que ronda el 20%. En consecuencia, si el animal sigue consumiendo las mismas calorías que antes, tenderá a ganar peso, con un mayor riesgo de desarrollar obesidad.

Entonces, ¿la opción correcta es simplemente reducir un 20% la cantidad de alimento que el animal consume, continuando con un alimento para cachorros?

Lamentablemente, no es tan sencillo. De hecho, reducir la cantidad de alimento administrado no solo implica disminuir la ingesta de calorías, sino también reducir la ingesta de proteínas y otros nutrientes como minerales y vitaminas.

Los cachorros, según lo indicado por las tablas de FEDIAF, tienen necesidades específicas de minerales, vitaminas, proteínas y lípidos que son, a menudo, más elevadas que las de un animal adulto, por lo que reducir excesivamente la dosis de alimento podría causar deficiencias de uno o más nutrientes.

Por otro lado, cambiar a un alimento para animales adultos esterilizados cuando el animal todavía está en crecimiento, especialmente en perros de razas grandes que alcanzan la edad adulta a los 18 o 24 meses, podría implicar la administración de una cantidad incorrecta de algunos minerales, vitaminas y una ingesta proteica insuficiente en relación con las necesidades reales del animal.

Se debe prestar especial atención al calcio, al fósforo y a la relación entre sus concentraciones en el alimento. Un perro en crecimiento tiene una necesidad mínima de calcio mucho mayor que un animal adulto (0,8-1% en S.S. en comparación con el 0,5% de un adulto) y, de igual manera, de fósforo (0,7% en S.S. en comparación con el 0,4%), pero, por otro lado, también tiene un límite máximo diario que puede consumir más restringido.

Además, en comparación con un sujeto adulto, los animales en crecimiento tienen un límite máximo en la relación entre estos dos micronutrientes. De hecho, aunque en ambos casos el límite mínimo es una relación de 1:1, en un perro en crecimiento este límite no debe superar 1,6:1 (en perros que pesarán más de 15 kg de adultos) o 1,8:1 (en perros que mantendrán un peso inferior a 15 kg) a favor del calcio.

La administración de un alimento con una relación superior a estos valores o con una concentración demasiado baja o demasiado alta de calcio y fósforo, en relación con las necesidades del animal, podría favorecer el desarrollo de algunas patologías ortopédicas (para más detalles, se recomienda leer el siguiente artículo: El papel de la nutrición en las patologías ortopédicas del crecimiento), especialmente en sujetos de razas grandes y con predisposición genética.

Entonces, ¿qué alimento debe consumir el animal después de la esterilización si todavía está en crecimiento?

Para responder correctamente a esta pregunta, un veterinario debería calcular las necesidades energéticas del animal después de la intervención, teniendo en cuenta la reducción del 20% respecto a antes, y comprobar en las tablas de FEDIAF que la cantidad de alimento que el sujeto va a consumir satisface las necesidades mínimas y máximas indicadas para un animal en crecimiento. Para poder hacerlo, sin embargo, debe disponer de los niveles analíticos del alimento y su contenido en macro y micronutrientes. Si no dispone de esta información, puede solicitarla al fabricante.

Finalmente, debería evaluar la concentración de proteínas, lípidos y fibra que contiene el alimento para asegurarse de que son las más adecuadas para un animal que ha sido esterilizado y que, en consecuencia, ha sufrido una alteración en su metabolismo y que, en la mayoría de los casos, tendrá una disminución de la actividad física y del sentido de saciedad.

BIBLIOGRAFÍA:
- FEDIAF Nutritional guidelines, marzo de 2019.


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